domingo, 17 de agosto de 2014

Romper cadenas

Estamos atados. Quizá no nos demos cuenta, pero siempre hay algo que nos ata y no es necesariamente otra persona o una situación, somos nosotros mismos. Pensamos, demasiado algunas veces, en casi todo antes de hacerlo y eso está bien, hasta cierto punto, porque nos limita. Nos encadena al pensamiento lógico, al "y si". Y da igual la filosofía de vida que lleve uno todos estamos atados. "El que no arriesga no gana" digo muy a menudo y suelo basar mi vida en ello, siendo consciente de que también se pierde. O no. A veces hay que romper las cadenas que nos atan y arriesgar, por mucho miedo que eso nos dé, porque es precisamente ese miedo lo que nos ata, lo que nos condena, porque aunque las cosas no salgan bien, no tienen por qué acabar mal, si no se intenta, jamás se sabrá.