lunes, 26 de noviembre de 2012

Nunca...

Infinitas son las horas que querría pasar acariciando tu rojo pelo...

La eternidad es el tiempo que dedicaría a perderme en tus ojos marrones...

Pero nunca pasará, pues nunca fuiste mía y aun así te perdí y aunque mi cuerpo siga en pie, ese día morí.
Nunca volverá aquella época en la que sonreía cada vez que pensaba en ti o veía tu foto, en la que era feliz sólo por tener la oportunidad de ser el causante de esa sonrisa por la que vendería mi alma. Aquella época en la que podía abrazarte, en la que madrugaba sólo por darte los buenos días y recordarte cuánto te quería... No volverá aquel tiempo en el que te llamaba princesa y habría hecho lo que fuese por hacer que te sintieses como tal...

Ya sólo quiero dormir y nunca despertar del sueño en el que estás conmigo, pues puedo vivir sin ti, pero al sufrimiento de haberte perdido no le puedo llamar vida. Te fuiste y contigo te llevaste una gran parte de mi que luego desechaste y no soy capaz de recuperar.

Sólo tienes que decir una palabra, "vuelve" y estaré ahí para cumplir aquella promesa que te hice de nunca abandonarte...

Pero nunca dirás esa palabra...

Nunca podré pasar una infinidad de horas acariciando tu pelo... Nunca podré pasar la eternidad pedido en tus ojos...

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