ECOS
Ecos de un hombre desesperado,
que sufrió por amor no correspondido
Ni una lágrima ha derramado,
pues hasta las ganas de vivir ha perdido.
Sólo una cosa buscaba,
amar y ser correspondido,
pero cuanto más se acercaba,
su corazón acababa más herido.
En dos ocasiones aquel hombre amó,
en ambas, extraviado anduvo,
pero hacia guerras perdidas embarcó,
pues amor hacia él, jamás hubo.
De su primera batalla se recuperó,
aunque de forma inesperada
pues nunca imaginó
que encontraría otra persona a quién aún más amaba.
En ella encontró su luz,
un faro que le guiaba,
no previó que sería su ataud,
que la noche se acercaba.
A su luz se aferró,
su mayor temor era perderla,
pero su temor en realidad se tornó,
la luz dio paso a una oscuridad eterna.
Por la oscuridad, su alma, condenada a vagar,
mientras su cuerpo en reposo yace,
ahora sólo espera no despertar,
de aquel sueño que tan feliz le hace.
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