Anoche, con un sueño tal que ya no sabía distinguir sí tenía los ojos abiertos o se me habían cerrado porque ya no aguantaba el peso de los párpados, empecé a escribir en el móvil, algo sencillo pero que me gustó.
Sin nadie por quien luchar ni un horizonte que alcanzar, camina un caballero con pesar, sin otra cosa hacer que pensar y, aunque sólo por dentro, llorar. Llorar y lamentar que por mucho intentar no logró más que fallar. Sin éxito se esfuerza en avanzar, pero aún tras mucho caminar sólo consigue tropezar y darse cuenta de que solo no quiere estar.
Se lo dedico a una persona que ya no creo que me lea, pero que si lo hace, sabe quien és.
Sin nadie por quien luchar ni un horizonte que alcanzar, camina un caballero con pesar, sin otra cosa hacer que pensar y, aunque sólo por dentro, llorar. Llorar y lamentar que por mucho intentar no logró más que fallar. Sin éxito se esfuerza en avanzar, pero aún tras mucho caminar sólo consigue tropezar y darse cuenta de que solo no quiere estar.
Se lo dedico a una persona que ya no creo que me lea, pero que si lo hace, sabe quien és.
0 comentarios:
Publicar un comentario