lunes, 1 de abril de 2013

El valle


El cauce se ha secado, las lágrimas que alimentaban el río han cesado, el dolor no ha pasado ni se ha olvidado, pero tras todo lo llorado se han agotado.

Poco a poco el valle se marchita, un gélido viento agita hasta la última ramita de un árbol otrora magnífico, carcomido ahora por termitas.

Ya no queda nada.

Ya no se oirán cantos de alabanza a sus campos, antaño verde esperanza.

Ya no queda nada.

La tierra ha muerto, ya no hay huerto que dé alimento y como ceniza se esparce en el viento.

Todo ha muerto.

0 comentarios:

Publicar un comentario