domingo, 7 de diciembre de 2014

Problemas

Se sentía sola. 
- Tengo un problema. - Le dijo sin tener ni idea de lo que acababa de provocar. 
- Tienes un problema... Pues qué suerte. 
- ¿Cómo que suerte? 
- Si, suerte, ya quisiera yo tener sólo uno. 
- Seguro que no es para tanto, ¡lo mio es serio! 
- ¿De verdad quieres jugar a eso? ¿De verdad quieres que te demuestre lo horrible que es cargar con algunos de mis problemas? - dijo él empezando a alzar la voz. - ¿Quieres saber que tengo un problema, que se me acelera el corazón cada vez que consigo sacarte una sonrisa y veo lo jodidamente preciosa que es? ¿Quieres saber que tengo un problema, que el tiempo parece difuminarse cada una de las no pocas veces que me pierdo en esos ojos tan bonitos que tienes? ¿Acaso quieres saber que tengo un problema y que ese problema es que quiero besarte aquí y ahora pero tengo miedo de perderte por ello? 
- Yo... 
- No, no quieres saberlo, pero adelante, ¿cual es tu problema? 
- Qué me equivocaba. - Y le besó.

0 comentarios:

Publicar un comentario