No hay palabras que definan con exactitud lo que siento, mas por vano que sea el intento, necesito escribir estas líneas con las que aliviar un poco la tortura que llevo por dentro.
Te quiero, pero no quiero saber de ti. Quizá más correcto sería decir que no quiero querer saber de ti, pues lo que siento no ha cambiado, te sigo amando como nunca a nadie he amado, pero supongo que tú a mi ya me has olvidado. Sólo soy uno más de la lista de recuerdos a enterrar en el pasado. Probablemente, ni el primero ni el último que te ha querido tanto, pero quizá sí el único tonto que pese a estar todo acabado, en caso de que alguna vez hubiese empezado, te ha seguido y seguirá amando, pues no es tu pelo ni tus ojos, ni tu belleza para mi infinita lo que me enamoró de ti, fuiste tú. Ser quien eras, a quien conocía y a quien quería conocer, en quien confiaba plenamente y a quien de todo quería proteger. Es de tu persona, Amanda, de quien me enamoré y a quien, pese a todo, sigo queriendo. Aún habiendo encontrado a otra persona, es en ti en quien pienso, a quien recuerdo, eres tú quien me gustaría que estuviese a mi lado... Pero todo eso no son más que sueños, fantasías de un corazón al que tu marcha hizo polvo... Delirios de una mente que te recuerda constantemente...
Ya da igual todo, pero necesito ésto. Escribir estas líneas es todo lo que me queda, en un mundo donde pese a estar rodeado me siento tan solo, sólo me queda escribir estas palabras que probablemente nunca leas en las que libero una pequeña parte de todo lo que llevo por dentro.
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